Bienvenidos! , espero les guste el Juego y sepan valorar mi esfuerzo
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Espera un momento, el Post contiene muchas imágenes
Le ha costado algo más pero el bueno de
Rayman y sus amigos se han estrenado por fin en PC con un maravillo
plataformas bidimensional que no deja indiferente a nadie. Un título que
alcanza el clímax jugable en este veterano género presentando además
uno de los apartados audiovisuales más espectaculares y bellos de la
historia. ¿Serás de los pocos en resistirte a sus encantos?
Las tiendas de distribución digital han permitido que muchas
desarrolladoras independientes trabajen con más libertad de la que se
encontraban tiempo atrás, siendo el género de los plataformas
bidimensionales uno de los que más se ha beneficiado de esta corriente
creativa. Y dentro de este grupo, a pesar de trabajar en una gran
empresa como es Ubisoft, no podemos olvidarnos del padre de Beyond Good
& Evil, Michel Ancel, que ha contado con la suficiente libertad como
para dar vida al juego de sus sueños.
Una oda al género de los plataformas que recupera la esencia de los
grandes clásicos siendo, tal vez, el primer juego de saltos “puro” de
nueva generación. Uno en el que el popular personaje sin extremidades
nos muestra su verdadera esencia 2D, dentro de unas mecánicas ajustadas
al milímetro, una variedad de situaciones sobresaliente, una cantidad de
niveles más que respetable y, sobre todo, un diseño artístico
inspiradísimo. El regreso del héroe y mascota clásica de Ubisoft ha sido
triunfal, en uno de esos títulos que no pueden faltar en la juegoteca
de ningún amante del arte electrónico. Y sin duda, uno de los juegos
descargables (en PC no se ha estrenado en formato físico) que muestran
la importancia que ha adquirido este mercado digital.
Rayman vuelve a PC
El argumento que da el pistoletazo de salida a una montaña rusa de
aventuras plataformeras es tan absurdamente gamberro como el mismísimo
Rayman. Una demostración de la poca importancia que sigue teniendo el
guión en un plataformas tan directo, donde todo se precipitará después
de que los malvados seres del inframundo escuchen los profundos
ronquidos procedentes de nuestros amigos en la superficie. A partir de
entonces, y más casi como vía de escape al aburrimiento que otra cosa,
Rayman, en compañía de Globox y algún invitado más, emprenderán un
camino de más de 60 niveles con el fin de salvar su querido Claro de los
Sueños (con el fin de seguir durmiendo plácidamente cuando todo pase,
claro está).
Una perspectiva muy cómica para un videojuego que, ciertamente, tiene
el poder de alegrar el día a cualquiera. Y es que una de las mayores
virtudes del título es que desborda alegría por los cuatro costados, en
la forma de un plataformas de “scroll” horizontal que no reinventa el
género, pero que sí conjuga todas sus posibilidades a la perfección para
integrar saltos ajustados y acción combativa con un ritmo francamente
envidiable.
El diseño de niveles, en este sentido, es francamente maravilloso.
Las fases son encantadoras y, por encima de todo, están estudiadas para
que permitan un flujo continuo de diversión donde se haga posible que
tanto jugadores lentos como rápidos hallen una forma de expresión con el
mando. Dicho de otra forma, el diseño está tan bien planteado y tan
precisamente culminado que tendremos la oportunidad de completar niveles
de una punta a otra sin detenernos, realizando auténticas virguerías
con el entorno. Estamos seguros de que Youtube va a rebosar de vídeos
con este tipo de jugadas maestras.
Uno de los aspectos más positivos de Rayman
Origins es que su curva de dificultad es muy llevadera. Incluso acciones
como atacar, flotar en el aire o nadar se nos irán enseñando
gradualmente.
El ajuste realizado para conseguir una jugabilidad tan fluida es
encomiable, un auténtico deleite que tiene picos extraordinariamente
épicos en algunas fases. La última, en particular, recuerda a la
malabárica animática que Disney aplicaba a sus cortos clásicos,
representando el dominio que el estudio francés ha conseguido para la
ocasión. A través de estas situaciones, y muchas más que vivimos en este
intrépido recorrido plataformero, al final el usuario acabará
percibiendo una realidad inexpugnable: Rayman Origins ha sido diseñado
con un amor infinito.
Un amor que no se vería correspondido sin la existencia de un manejo
atractivo. Pero el enlace se ha producido… aunque con ligeros matices en
PC. Y es que el juego funciona a la perfección con la gran mayoría de
controladores, ofreciendo además una amplia variedad de opciones de
configuración para que el usuario adapte la partida a su gusto. Sin
embargo, el control con el teclado resulta algo menos logrado, si bien
es cierto hablamos de pequeñísimas deficiencias, principalmente en
aspectos de configuración, que no enturbian un resultado por otro lado
brillante.
Más que nada por esa precisión milimétrica que se ha alcanzado y el
diseño de niveles tan inspirado, creando así una experiencia de juego
sumamente adictiva. Casi sin quererlo, os veréis una y otra vez
repitiendo la misma jugada hasta conseguir lo que queréis. Y estamos
seguros de que ese era el objetivo a conseguir por Michel Ancel, que
propone un estilo de juego donde los usuarios más inexpertos puedan
sobrevivir mientras los más expertos se ponen a prueba con retos
adicionales. Todos tienen cabida aquí, y eso a pesar de que tengamos
vidas infinitas y tantos “checkpoints”.
Las fases de disparos a bordo de mosquitos
suponen un extraordinario recurso para romper con las dinámicas
plataformeras, otorgando un toque de variedad “shoot ‘em up” al
conjunto.
No podemos ocultar que, para los más curtidos, completar el juego no
podría causarles demasiados problemas, incluso llegando a acabarlo en
6-8 horas si no se detienen o son altamente habilidosos. Pero hacerlo
así resulta prácticamente imposible, ya que el título consigue, casi
misteriosamente, atraparnos en sus redes rejugables, incitándonos a
completar todos los niveles al cien por cien, tanto recolectando como
hallando secretos ocultos.
Por ejemplo, la recolección de “lums” (repartidos por el escenario al
estilo Sonic) es crucial para el éxito en cada nivel, y hay del orden
de entre 150 y 350 para conseguir el oro en cada fase. Adicionalmente,
es posible hallar pasadizos que nos lleven a subfases (semejantes a las
etapas bonus de Donkey Kong), que suponen -en unos casos más que en
otros- atractivas propuestas jugables. Incluso poseemos un modo
adicional para superar los más de 60 niveles presentes, el modo
contrarreloj, algo que toma conciencia de la fluidez plataformera que
posee el videojuego. Y, para cerrar, hay hasta una serie de fases
desbloqueables que nos invitan a perseguir un cofre (con patas) en
carreras intrépidas de las que no nos hubiera importado que se hubiera
abusado más.
Todo esto, en conjunción, da para conseguir los 246 “electoons” del
título (y los 10 dientes de calavera que funcionan como elemento
sorpresa), lo cual creemos que es suficiente como para manteneros
pegados a vuestra PC durante al menos 15 horas, cifra que realmente
representa el disfrute que se puede llegar a obtener en Rayman Origins.
Aquí hay Rayman para todos
Aún así, uno todavía se pregunta, después de haber terminado el juego,
cómo hubiera sido éste si la dificultad hubiera sido más exigente. Haber
intentado llegar a todos los públicos, a este respecto, ha resultado
ser un arma de doble filo, con lo que no podemos dejar de referirnos a
ello. Por supuesto, los usuarios no pueden esperar un grado de ajuste
tan elevado como en Donkey Kong Country Returns, uno de los paradigmas
plataformeros de la dificultad en esta generación. El hecho de haber
creado una base jugable para todos, con la oportunidad de dejar los
verdaderos retos para desbloquear completamente el juego, ha sido una
gran idea, pero tenemos la sensación de que a la creación de Michel
Ancel le hubieran faltado, al menos, un par de mundos más para resultar
completamente redondo.
En cualquier caso, nadie debe alarmarse. Existen determinados puntos
en la aventura, como los jefes finales, que son una absoluta delicia,
una pieza de buen gusto para el paladar de los más ávidos amantes de los
plataformas. Asimismo, las fases a bordo de mosquitos (al más puro
estilo “mata-mata”) suponen una divertida dosis de acción directa “shoot
‘em up”, que aparte de significar una acertada forma de librarnos de la
monotonía, saben llenarse del encanto incondicional de la obra.
Un encanto que se puede llegar a multiplicar hasta por cuatro, puesto
que otra de las piezas claves de la obra es su multijugador para hasta 4
usuarios en un mismo equipo (no hay opciones online). No podemos
ocultarlo, las semejanzas con la experiencia cooperativa de New Super
Mario Bros. Wii son más que evidentes, principalmente porque aquí
también nos convertiremos en burbuja cuando acaben con nuestra vida, y
en segundo término porque el videojuego -como en el programa de
Nintendo- aquí también se hace más sencillo cuando jugamos en compañía.
Igualmente, se introduce esa mecánica de cooperar a la vez que competir,
procurando conseguir el máximo número de “lums” antes de que termine la
fase.
Las partes de persecución, como la de la
imagen, suponen una brillante manera de contemplar la fluidez conseguida
en lo concerniente al diseño de niveles: toda una delicia jugable.
En definitiva, un multijugador de concepto simple pero a la vez repleto
de posibilidades. Tal vez por ello genere una sensación agridulce,
debido al sencillo hecho de que se le podría haber sacado más provecho,
sobre todo en la parte competitiva, con fases o retos dedicados, los
cuales están completamente ausentes.
Pero no hay mal que por bien no venga, porque seguramente así los
artistas de Ubisoft Montpellier tuvieron más recursos para poner el
broche de oro a tanto talento jugable. Decir que Rayman Origins hubiera
sido el mismo sin su incomparable estampa audiovisual sería una
increíble falsedad. Si antes habíamos dicho que la jugabilidad respiraba
amor por las mecánicas plataformeras, los gráficos pertenecen a un
campo que ya nos sería difícil clasificar.
Esta es la primera vez que vemos un videojuego puro 2D con el poder
completo y real de las consolas actuales. Y sólo cuando lo aprecias te
das cuenta de lo deseoso que estabas por contemplarlo. Para aquellos que
se consideren aficionados a los videojuegos, pocas veces habrán
vislumbrado un espectáculo visual que contenga tanto gusto, dedicación y
saber hacer. Además, nos resulta curioso que el videojuego se dedique a
re-explorar los clásicos entornos que hemos visitado una y otra vez en
los clásicos plataformeros: junglas, desiertos, volcanes, paisajes
helados, parajes mecánicos... y además por un orden ya conocido.
El aspecto cooperativo del juego se ve
enfatizado por el hecho de que podemos desbloquear nuevos personajes a
medida que avancemos, aunque no cambiarán sustancialmente la
experiencia.
¿La intención? Probablemente que comparemos para que nos demos cuenta de
lo que sería la nueva generación del género de las plataformas. Todo
desde una impronta visual incomparable que alcanza en PC un resultado
soberbio con un nivel de definición, una fluidez en la tasa de imágenes
por segundo, y un colorido pocas veces visto en un título de este
estilo. Todo ello sin necesidad de pedir unos recursos del sistema
exageradamente elevados (más bien son muy asequibles), a pesar de
mostrar en pantalla una auténtica película animada. Algo así como pura
alegría, con una paleta de colores viva y perfectamente escogida, que
enfatiza unos diseños que desbordan originalidad y comicidad a partes
iguales.
Un proceso de diseño que se nota querer hacerse cómplice del jugador y
de su potencial interés por impregnarse (si no, no le gustaría Rayman)
del sentido del humor de la obra. Algo que se manifiesta en una elevada
variedad de rivales que parecen haber sido llevados, todos y sin
excepción, desde los artes originales hasta los pixels de la pantalla.
Una vez visto, comprenderéis por qué no se incluye una galería de
“artworks” en los menús del juego, puesto que todos ellos ya están
proyectados en los personajes, enemigos, escenarios y fondos. Rayman
Origins es puro arte en movimiento.
Pero todo tiene una razón de ser, y nos tememos que aquí hay mucho
más que un incesante trabajo por parte de diseñadores y animadores. En
efecto, nos encontramos ante el primer juego en utilizar la tecnología
UbiArt Framework, una herramienta de desarrollo que hace todo más fácil a
los creadores, provocando distorsiones en tiempo real sobre las
imágenes. Sólo así se explica la asombrosa suavidad de animac